La negociación por el IEPS entre la Cooperativa Pascual y el Gobierno de Sheinbaum: “La atención a la salud no se combate solo con cobrar impuestos”

La empresa mexicana asevera que tiene el 2% del mercado refresquero, mientras que las grandes compañías extranjeras abarcan el 98%

La discusión sobre el aumento al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) en México ha colocado a la Cooperativa Pascual en el centro del debate fiscal y social. Mientras que el Gobierno de Claudia Sheinbaum sostiene que el incremento tributario busca reducir el consumo de azúcar y mejorar la salud pública, la cooperativa advierte que el cambio podría poner en riesgo su liquidez y viabilidad, el empleo de sus trabajadores y la cadena de producción que sostiene a cientos de familias.

El Gobierno defiende el IEPS como un impuesto “saludable” para hacer frente a problemas de sanidad pública, como la diabetes y la obesidad. Sin embargo, especialistas cuestionan su eficacia real y alertan sobre sus posibles efectos.

La doctora Elba Jiménez Solares, coautora del libro Impuesto a las bebidas azucaradas: ¿la regulación actual del IEPS es eficiente, coherente y cumple su fin extrafiscal? y profesora del posgrado de Derecho en la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, de la UNAM, explica a este diario que el tema de la salud no se resuelve únicamente con un impuesto, sino con estrategias integrales que incluyan alternativas saludables de alimentación y educación en la población.

¿Qué pide la Cooperativa Pascual?

En el centro de las discusiones por el aumento del IEPS a las bebidas azucaradas está la Cooperativa Pascual, una empresa referente del sector refresquero mexicano. Fundada a finales de los años treinta, enfrentó una huelga decisiva en mayo de 1982 cuando el entonces dueño se negó a respetar un aumento salarial. Tras un prolongado conflicto, los trabajadores lograron convertir la empresa en una cooperativa, una asociación autónoma y voluntaria en la que unen sus recursos.

La cooperativa produce jugos y refrescos con fruta natural y caña de azúcar de origen mexicano, lo que, aseguran, termina suponiendo una desventaja económica frente a las grandes refresqueras que utilizan jarabes de alta fructuosa, un endulzante hasta 40% más barato. Por esta razón, Pascual ha solicitado un trato fiscal diferenciado que le permita maniobrar frente al aumento del impuesto.

Así, propone que se mantenga el IEPS actual de 1,64 pesos por litro para productos elaborados con insumos naturales y nacionales, en empresas que generan empleos formales en las comunidades.

La cooperativa sostiene que un aumento de más de tres pesos por litro en el precio final de sus bebidas afectaría gravemente a su competitividad, pues afirma tener apenas el 2% del mercado refresquero mexicano, frente al 98% dominado por gigantes como Coca Cola y Pepsi.

Entradas relacionadas

Dejar un Comentario