De vender tamales en un carrito a abrir su propio restaurante en California: la historia de María Elena Lorenzo

Lo que comenzó como un carrito de comida para sostener a su familia se convirtió en una historia de éxito, orgullo y perseverancia.
María Elena Lorenzo, originaria de la Costa Chica de Guerrero, México, emigró a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades. Sin imaginarlo, su amor por la cocina tradicional sería el camino para alcanzar su propio “sueño americano”.

En el barrio de Watts, en Los Ángeles, María Elena empezó vendiendo tamales desde un pequeño puesto callejero. Día tras día, su sazón y la calidez con la que atendía a cada cliente la convirtieron en una figura querida dentro de la comunidad migrante.
Con el paso del tiempo, el esfuerzo familiar rindió frutos: lograron abrir su propio restaurante.

Así nació Tamales Elena y Antojitos, un negocio familiar ubicado en Bell Gardens, California, donde hoy se celebra la riqueza de la cocina afro-mexicana de Guerrero.
El menú incluye tamales de mole, pozole verde, tlayudas y otros platillos tradicionales que rinden homenaje a las raíces afrodescendientes y costeñas del sur de México.

Para María Elena, su restaurante no solo representa una meta alcanzada, sino también un espacio de identidad y resistencia cultural.
Comenzamos con un carrito y ahora tenemos un lugar donde podemos compartir nuestra cultura. Es un sueño hecho realidad”, compartió en entrevista.

Su historia ha sido destacada por medios como Los Angeles Times y Eater Los Angeles, que la describen como una de las representantes más auténticas de la gastronomía familiar latina en el sur de California.
Lo que alguna vez fue un sueño entre tamales y antojitos, hoy es un ejemplo de trabajo, fe y unión familiar que inspira a miles de migrantes a no rendirse.

“Todo lo que soñé comenzó con un tamal y el deseo de salir adelante.”

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