Región del Istmo de Tehuantepec
De la redacción

Este lunes, la comunidad de San Miguel Acatán, en Huehuetenango, Guatemala, se vio sacudida por una tragedia que nos obliga a reflexionar sobre las circunstancias que enfrentan muchos de nuestros niños. Un menor de apenas 9 años, Domingo Manuel Tomás, perdió la vida de una manera desgarradora al intentar recuperar sus útiles escolares de su propia vivienda.
Los hechos, según testigos y medios locales, ocurrieron luego de que el pequeño Domingo fuera regresado a casa por su maestro por no llevar sus cuadernos. Al llegar a su domicilio, lo encontró cerrado con candado, ya que sus padres se encontraban trabajando. Impulsado por la necesidad de cumplir con sus tareas y no perder clases, Domingo intentó ingresar a su casa por el techo de lámina. Lamentablemente, quedó atrapado entre una viga, lo que le provocó asfixia por suspensión. Su cuerpo fue encontrado sin vida varias horas después, cuando vecinos lograron bajarlo.
Domingo, quien cursaba la primaria, era descrito por su entorno como un alumno dedicado y comprometido con sus estudios. Su trágica muerte es un recordatorio doloroso de las condiciones de vulnerabilidad en las que viven muchas familias y las presiones que, a veces sin darnos cuenta, recaen sobre los más pequeños. Este lamentable suceso nos invita a mirar más allá de la noticia y a cuestionar cómo, como sociedad, podemos prevenir que tragedias como esta se repitan, garantizando entornos más seguros y comprensivos para nuestros niños.